Esta especialidad dental se dedica a prevenir enfermedades de los dientes o bucales. Lo hace a través de: limpiezas (destartraje simple), aplicación de flúor y sellantes para evitar caries; y educando a los pacientes en la mantención de una higiene bucal óptima (cómo lavarse los dientes, cuántas veces al día, cuánto tiempo).
La Odontología General también se hace cargo de solucionar dos condiciones muy comunes: las caries y el cambio de color de tus dientes. Para eliminar las caries, se realiza un tratamiento llamado restauración o resina, o comúnmente conocido como tapadura. Estas resinas o tapaduras pueden ser simples o complejas, y su diferencia radica en la dificultad para eliminarla (ubicación, profundidad, afectación de tejidos o dientes aledaños).
Cuando las caries penetran muy profundamente el diente y alcanzan su raíz, es necesario que un endodoncista aplique otro tipo de tratamiento. La Organización Mundial de la Salud recomienda que niños y adultos asistan al dentista cada seis meses realizar una limpieza dental o destartraje que eliminará la suciedad y sarro dental (acumulación de placa bacteriana entre las encías y los dientes), eliminando el riesgo de caries.
Es esencial que tratemos los problemas de muestra dentadura a tiempo, ya que estos no se eliminarán por sí solos y sólo tenderán a agravarse. Tal es el caso de caries profundas o fracturas que, al no resolverse en un principio, podrían dañar el centro del diente o pulpa dental, requiriendo de un tratamiento bastante más invasivo y extenso que se llama Endodoncia, o más comúnmente conocido como «tratamiento de conducto».
Este procedimiento remueve la pulpa dental, limpia el espacio dejado y reemplaza la pulpa con materiales especiales que evitarán otra infección. Para finalizar el tratamiento, se construye una corona de cerámica que permitirá recuperar la función dental.
Si tienes algunos o todos estos síntomas, te recomendamos que visites a un
dentista la antes posible para detener el daño y evitar la extracción de tu diente.
Hay varias razones por la que una persona puede perder dientes: traumatismo, bruxismo (apretar los dientes mientras duerme), caries no tratadas, infecciones en las encías no tratadas, mala nutrición o enfermedades óseas. Independiente de la causa de la falta de una pieza dental, es muy importante reemplazar ese diente, ya que su ausencia causará disfunciones en la mordida y movilidad dental que podría, incluso, afectar la postura de la persona, causando dolor de cabeza, cuello y/o espalda. También es importante reemplazarlo rápidamente para que el hueso de donde se sostenía la pieza, no se reduzca y termine siendo reabsorbido por el organismo.
Los implantes dentales, básicamente, consisten en dos piezas primordiales: el perno que se atornilla al hueso del paciente o al injerto de hueso (en caso de que se haya reabsorbido) y la corona de porcelana que se fabrica a mano y a la medida exacta de cada paciente.
La ortodoncia es la especialidad que se dedica a rectificar cualquier problema en la forma, posición y función de los dientes y en la mandíbula. De esa manera, se asegura que la mordida sea adecuada y que no provoque problemas profundos en la boca, en la anatomía o el funcionamiento del resto del cuerpo.
Hay muchas formas de aplicar tratamientos de ortodoncia y los más conocidos son los “frenillos”. Esta técnica consiste en la aplicación de presión y fuerza permanentemente para corregir la posición de la mordida. Existen, principalmente, dos tipos de ortodoncia con sus variantes:
Fijos: Serie de brackets (cuadrados de acero inoxidables, cerámica, piedra o polímero) adheridos al diente con un cemento o pegamento especial, que soportarán un alambre tenso para corregir la posición dental.
Tradicionales: Los brackets y alambre de acero inoxidable se instalan en las caras exteriores de los dientes.
Cerámica: Los brackets están hechos de un compuesto de cerámica que logra asemejar muy bien el color natural de los dientes, disimulando el tratamiento.
Cristal de Zafiro: Los brakets están hechos de zafiro lo que los hace 100 % transparentes.
Linguales: Utilizando brackets tradicionales, este tratamiento es absolutamente invisible ya que se instala en la cara interior del diente.
Removibles, Transparentes o Invisalign: En lugar de aplicar el tratamiento con brackets, se diseña una placa 100% transparente hecha de un polímero no tóxico y a la medida del paciente. Se utiliza todos los días y sólo se extrae para comer o lavar los dientes.
La Periodoncia se ocupa del cuidado de sus encías, las que recubren los dientes protegiéndolos de bacterias; además esta especialidad se encarga de proteger el tejido que sostiene los dientes. ¿Ha notado alguna vez sus encías inflamadas o incluso que sangran al cepillarse? ¿Tienen sangramiento y por más que se cepille no logra dejar que ocurra? Pues bien, cuando en un momento no se cepilla, ya sea porque andaba apurado o porque justo no tenía su cepillo a manos, se empiezan a acumular restos de alimentos, bacterias y células que juntos constituyen la placa bacteriana o biofilm.
La placa bacteriana es invisible y si ésta no es retirada rápidamente con el cepillo, se empieza a endurecer o calcificar con el mismo calcio que está siempre en su saliva. Se adhiere en sus dientes tan fuertemente que ya es imposible sacarlo con enjuagatorios, seda dental o incluso con el cepillo; esto se llama tártaro, cálculo dental o sarro. Tanto la placa bacteriana como el sarro inducen sangramiento de las encías, que es la primera alarma de problemas gingivales, de encías o periodontales. A esto se le conoce como gingivitis.
Es en esta etapa cuando el dentista tiene que intervenir necesariamente. Ya el paciente por sí mismo no es capaz de detener el proceso que se inició y es más, si no hay tratamiento por un especialista, se acumulan más bacterias en su boca y se inicia la periodontitis que es un estado más avanzado donde se pierde el hueso que sostiene los dientes, se recogen o retraen las encías y los dientes se empiezan a mover o soltar.
En este punto es imprescindible la intervención del periodoncista para que detenga la enfermedad y permita un proceso de recuperación de las encías.
Antiguamente se creía que si un diente estaba relativamente enfermo o dañado, no tenía mucho sentido tratar de rescatarlo, por lo que se tendía a extraer la pieza dental.
La ciencia y la medicina han desacreditado esa teoría, ya que han comprobado que los mejores dientes que podemos tener son los propios y que su falta provoca problemas de salud que no sólo afectan a la boca, sino que al cuerpo entero, cómo cambios de postura que pueden generar daño muscular, óseo y hasta nervioso.
Podemos perder dientes por varias razones: traumatismos, bruxismo (apretar los dientes mientras se duerme), caries no tratadas, mala alimentación o enfermedades de las encías. Es importante reemplazar temporal (prótesis removibles) o permanentemente (prótesis fijas o implantes dentales) la pieza perdida para evitar el problema estético y funcional.
La Rehabilitación Oral se hace cargo de dientes que han sido muy dañados y que no pueden ser recuperados, pero que su raíz si está en buen estado. En este caso, se desgasta la pieza dental deteriorada y se cubre con una funda o corona. Esto se conoce como prótesis fija. Cuando el paciente necesita reemplazar varios dientes, ésta se realiza con acrílico o porcelana y se afirma a la dentadura a través de ganchos metálicos. De ese modo, se puede lavar y cuidar óptimamente la prótesis removible.
Sin embargo, hay casos en que se han perdido todos los dientes, y es ahí cuando se sugiere una prótesis removible total. Estas están hechas de acrílico termo curado y es indispensable que los tejidos que la soporten estén en perfectas condiciones, de lo contrario no entregará la solución estética ni funcional requerida.
Existen diversos tratamientos que incluye la estética facial, de acuerdo a las necesidades de la persona y a las zonas que se desee mejorar. Las imperfecciones en nuestro rostro pueden aparecer por muchas razones, ya sea por el paso del tiempo, por nuestros propios factores genéticos o incluso por ciertos hábitos de vida. Entre algunos de los tratamientos que se encuentran dentro de la estética facial, tenemos:
Aumento de labios mediante el uso de ácido hialurónico y rellenos faciales, con la finalidad de reponer volumen y revitalizar la piel de manera natural.
Atenuación de líneas de expresión y arrugas mediante la aplicación de hilos faciales, también conocidos como hilos tensores que se encargan de prevenir el envejecimiento y flacidez de la piel.
Eliminación de ojeras a través de la carboxiterapia, que se aplica de forma muy rápida, con unos efectos progresivos pero constantes.
Rejuvenecimiento con plasma rico en plaquetas.
Rinomodelación con ácido hialurónico sin la necesidad de recurrir a cirugías estéticas. Esta es una de las técnicas más usadas en estos tiempos, ya que los resultados son inmediatos y es un proceso rápido de aplicación.
Eliminación de manchas mediante técnicas como láser CO2 fraccionado, láser de picosegundos y de luz pulsada intensa.
El rejuvenecimiento del cuello dependerá de la edad del paciente y de acuerdo a ese factor, se podrá aplicar el tratamiento de mesoterapia, láser dual, láser CO2, microlifting, entre otros.
Todos estos tratamientos y más, benefician enormemente a la salud y belleza de nuestro rostro. Aportan luminosidad a la piel, a retrasar esas arrugas y líneas de expresión que aparecen con el pasar de los años.
No existe un tratamiento mejor que otro, todo dependerá de la necesidad del paciente. El especialista en estética facial, tendrá en cuenta los rasgos que posee la persona, hará una amplia evaluación del rostro y piel para poder personalizar y asesorar sobre el tratamiento que se le aplicará